LA TIERRA
Niño indio, si estás cansado,
tú te acuestas sobre la Tierra,
y lo mismo si estás alegre,
hijo mío, juega con ella...
Se oyen cosas maravillosas
al tambor indio de la Tierra:
se oye el fuego que sube y baja
buscando el cielo, y no sosiega.
Rueda y rueda, se oyen los ríos
en cascadas que no se cuentan.
Se oye mugir los animales;
se oye el hacha comer la selva.
Se oyen sonar telares indios.
Se oyen trillas, se oyen fiestas.
Donde el indio lo está llamando,
el tambor indio le contesta,
y tañe cerca y tañe lejos,
como el que huye y que regresa...
Todo lo toma, todo lo carga
el lomo santo de la Tierra:
lo que camina, lo que duerme,
lo que retoza y lo que pena;
y lleva vivos y muertos
el tambor indio de la Tierra.
Cuando muera, no llores, hijo:
pecho a pecho ponte con ella
y si sujetas los alientos
como que todo o nada fueras,
tú escucharás subir su brazo
que me tenía y que me entrega
a la madre que estaba rota
tú la verás volver entera.
Niño indio, si estás cansado,
tú te acuestas sobre la Tierra,
y lo mismo si estás alegre,
hijo mío, juega con ella...
Se oyen cosas maravillosas
al tambor indio de la Tierra:
se oye el fuego que sube y baja
buscando el cielo, y no sosiega.
Rueda y rueda, se oyen los ríos
en cascadas que no se cuentan.
Se oye mugir los animales;
se oye el hacha comer la selva.
Se oyen sonar telares indios.
Se oyen trillas, se oyen fiestas.
Donde el indio lo está llamando,
el tambor indio le contesta,
y tañe cerca y tañe lejos,
como el que huye y que regresa...
Todo lo toma, todo lo carga
el lomo santo de la Tierra:
lo que camina, lo que duerme,
lo que retoza y lo que pena;
y lleva vivos y muertos
el tambor indio de la Tierra.
Cuando muera, no llores, hijo:
pecho a pecho ponte con ella
y si sujetas los alientos
como que todo o nada fueras,
tú escucharás subir su brazo
que me tenía y que me entrega
a la madre que estaba rota
tú la verás volver entera.
Gabriela Mistral
A TERRA
(Tradução de José Jeronymo Rivera )
Indiozinho, se estás cansado
Tu te recostas sobre a Terra,
fazes igual se estás alegre,
vai, filho meu, brinca com ela...
Que de coisas maravilhosas
soa o tambor índio da Terra:
se ouve o fogo que sobe e desce
buscando o céu, e não sossega.
Roda e roda, se ouvem os rios
em cascatas que não se contam.
Se ouve mugir os animais;
comer o machado a selva.
Ouve-se soar teares índios.
Se ouvem trilhos e se ouvem festas.
Aonde o índio está chamando,
o tambor índio lhe contesta,
e tange perto e tange longe,
como o que foge e que regressa...
Tudo toma, tudo carrega
o corpo sagrado da Terra:
o que caminha, o que adormece,
o que se diverte e o que pena;
os vivos e também os mortos
leva o tambor índio da Terra.
Quando eu morrer, não chores, filho:
peito a peito junta-te a ela
e se dominas o teu fôlego
como quem tudo ou nada seja,
tu ouvirás subir seu braço
que me jungia e que me entrega
e a mãe que estava quebrantada
tu a verás tornar inteira.
(Tradução de José Jeronymo Rivera )
Indiozinho, se estás cansado
Tu te recostas sobre a Terra,
fazes igual se estás alegre,
vai, filho meu, brinca com ela...
Que de coisas maravilhosas
soa o tambor índio da Terra:
se ouve o fogo que sobe e desce
buscando o céu, e não sossega.
Roda e roda, se ouvem os rios
em cascatas que não se contam.
Se ouve mugir os animais;
comer o machado a selva.
Ouve-se soar teares índios.
Se ouvem trilhos e se ouvem festas.
Aonde o índio está chamando,
o tambor índio lhe contesta,
e tange perto e tange longe,
como o que foge e que regressa...
Tudo toma, tudo carrega
o corpo sagrado da Terra:
o que caminha, o que adormece,
o que se diverte e o que pena;
os vivos e também os mortos
leva o tambor índio da Terra.
Quando eu morrer, não chores, filho:
peito a peito junta-te a ela
e se dominas o teu fôlego
como quem tudo ou nada seja,
tu ouvirás subir seu braço
que me jungia e que me entrega
e a mãe que estava quebrantada
tu a verás tornar inteira.
Gabriela Mistral
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